La civilización, el progreso y el excusado
Siro nos envía un e-mail con un artículo escrito por Mario Vargas Llosa que habla sobre un informe de las Naciones Unidas titulado "Más allá de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua".
En el escrito, Mario Vargas opina que “el objeto emblemático de la civilización y el progreso no son el libro, el teléfono, el Internet ni la bomba atómica, sino el excusado”, y habla de la escasez de agua potable y la falta de saneamiento en gran parte del mundo: “La tercera parte de la población del planeta -unos dos mil seiscientos millones de personas-, cuando menos, no sabe lo que es un excusado, una letrina, un pozo séptico, y hace sus necesidades, como los animales, al pie de los árboles, junto a arroyos y manantiales, o en bolsas y latas que arroja en medio de la calle. Y unos mil millones utilizan para beber, cocinar, lavar la ropa y su higiene personal, aguas contaminadas por heces humanas y animales.”
Otro comentario que impresiona dice que "Cuando un europeo utiliza la cisterna de un inodoro o un estadounidense se ducha, consumen más agua que la que tienen cientos de millones de personas que viven en los barrios urbanos pobres o las áreas urbanas de los países en desarrollo".
El artículo fue publicado en El País bajo el título “El Olor de la Pobreza” (Léalo completo aquí)
Esto deberíamos recordarlo cada vez que dejamos la llave del agua abierta mientras nos lavamos los dientes o nos enjabonamos en la ducha, o cuando lavan los carros con una manguera abierta botando agua… Cuántas personas necesitan de un simple vaso de agua potable y nosotros derrochándola sin compasión.
Que bueno sería que los gobiernos de los países desarrollados invirtieran un poco en lograr agua de buena calidad para los países más pobres en lugar de seguir produciendo armas para la guerra.
Gracias a Siro por su colaboración
En el escrito, Mario Vargas opina que “el objeto emblemático de la civilización y el progreso no son el libro, el teléfono, el Internet ni la bomba atómica, sino el excusado”, y habla de la escasez de agua potable y la falta de saneamiento en gran parte del mundo: “La tercera parte de la población del planeta -unos dos mil seiscientos millones de personas-, cuando menos, no sabe lo que es un excusado, una letrina, un pozo séptico, y hace sus necesidades, como los animales, al pie de los árboles, junto a arroyos y manantiales, o en bolsas y latas que arroja en medio de la calle. Y unos mil millones utilizan para beber, cocinar, lavar la ropa y su higiene personal, aguas contaminadas por heces humanas y animales.”
Otro comentario que impresiona dice que "Cuando un europeo utiliza la cisterna de un inodoro o un estadounidense se ducha, consumen más agua que la que tienen cientos de millones de personas que viven en los barrios urbanos pobres o las áreas urbanas de los países en desarrollo".
El artículo fue publicado en El País bajo el título “El Olor de la Pobreza” (Léalo completo aquí)
Esto deberíamos recordarlo cada vez que dejamos la llave del agua abierta mientras nos lavamos los dientes o nos enjabonamos en la ducha, o cuando lavan los carros con una manguera abierta botando agua… Cuántas personas necesitan de un simple vaso de agua potable y nosotros derrochándola sin compasión.
Que bueno sería que los gobiernos de los países desarrollados invirtieran un poco en lograr agua de buena calidad para los países más pobres en lugar de seguir produciendo armas para la guerra.
Gracias a Siro por su colaboración
