22 abril 2010

MANIFIESTO DIA DE LA TIERRA 2010
( Extracto)
Las asociaciones ecologistas, vecinales, de consumidores, las organizaciones políticas, sindicatos, plataformas ciudadanas, organizaciones sociales y de desarrollo convocantes, en representación de muchos ciudadanos y ciudadanas, hoy salimos a la calle para hacer visible la necesidad de frenar el cambio climático.

La crisis socioambiental que vivimos es consecuencia del sistema económico imperante. Por ese motivo, exigimos a nuestros gobernantes y autoridades que prioricen esta cuestión en sus agendas políticas. De ese modo evitaremos que estos impactos lleguen a tener las consecuencias ecológicas, sociales y económicas irreversibles que los expertos auguran.

La Cumbre de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que tuvo lugar el pasado diciembre en Copenhague fue un fracaso global: ni se alcanzó un acuerdo ambicioso y vinculante, ni hubo justicia para los países empobrecidos.

En Copenhague pudimos ver cómo los procedimientos de Naciones Unidas fueron secuestrados por un grupo de países encabezados por EEUU y apoyados por el silencio de la Unión Europea y nuestro gobierno con la intención de impedir que se llegara a ningún acuerdo mínimamente exigente de reducción de emisiones. Por si fuera poco, la sociedad civil fue silenciada, los derechos humanos obviados y los niveles de represión policial inauditos. En definitiva, un fracaso mundial que nos encamina a superar los 3,5ºC de media global en las próximas décadas.

Esta es una irresponsabilidad por parte de los gobernantes del mundo que no podemos permitirnos aceptar. Por eso es preciso que se reconstruya un espacio de negociaciones que sirva para recuperar la confianza entre los países y que permita alcanzar un nuevo acuerdo mundial que contemple una reducción de emisiones urgente y una financiación justa. Pero ese espacio debe pertenecer a las Naciones Unidas porque sería un grave error confiar el futuro del clima a acuerdos bilaterales o regionales donde sólo decidan las grandes potencias. Para enderezar el problema es necesario el acuerdo de todas las partes, incluida la sociedad civil y los países empobrecidos, que sin ser los responsables del problema, sí son los primeros en sufrir los terribles impactos de un clima desestabilizado. Los países ricos deben asumir su responsabilidad como causantes de cambio climático.

El camino que se nos presenta ahora es aún más empinado que hace un año, sin embargo todos y todas los que aquí estamos, y muchísimos más en todos los rincones del país, tenemos claro que objetivo sigue siendo mismo: hay que limitar el calentamiento del planeta a 2ºC por encima de la temperatura preindustrial.

Por ello exigimos que no esperen más a tomar medidas eficaces para abordar el cambio climático. Frenar el cambio climático significa reducir emisiones de gases de efecto invernadero, y sobre todo de CO2. Se necesitan recortes en las emisiones internas de al menos un 30% para 2020, y de un 80% para 2050 respecto de los niveles de 1990 en los países industrializados, y la transferencia de fondos y tecnología limpia a los países en desarrollo para que éstos puedan apostar por una sociedad menos dependiente de los combustibles fósiles.

La adaptación de los países empobrecidos a los impactos ya inevitables del cambio climático tiene que abordarse proporcionando financiación suficiente, estable y adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Y debemos asegurar que las emisiones procedentes de la deforestación y degradación de los bosques se reducen drásticamente respetando los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales así como la soberanía alimentaria y el derecho a vivir en tierras que sirven de sustento a comunidades.

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