30 octubre 2010


Los Libros Rojos

El proyecto de libros rojos de especies amenazadas de Colombia surgió como una necesidad para identificar cuáles son las especies amenazadas en el país, conocer por que están amenazadas y priorizar acciones de conservación sobre esas especies, de esta manera responde a los lineamientos de la Política Nacional de Fauna (MMA 1998).

Anteriormente la investigación en especies amenazadas seguía la información recopilada en las publicaciones de la IUCN (1992, 1994, 1996, 2002) con listados globales, pero estos carecían de un análisis nacional. En Colombia, el Inderena realizó un primer esfuerzo en identificar cuales especies de Colombia estaban amenazadas en 1986, pero ese listado no seguía las categorías de la IUCN. Desde 1996 el Instituto Humboldt viene trabajando en el proyecto de libros rojos revisando listados de especies y organizando reuniones de capacitación y categorización de especies con especialistas.

El resultado de esto fue la conformación de un comité nacional de libros rojos de Colombia, hoy Comité técnico nacional de categorización (Liderado por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial), compuesto por el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, el Invemar, el Sinchi, el Instituto Humboldt, la Fundación Inguedé y Conservación Internacional. A la fecha este comité ha publicado 8 libros rojos desde 2002 y algunos aún están en proceso.

Los libros rojos publicados hasta el momento son:

  • Libros rojos de peces marinos, realizado por el Invemar y el Instituto de Ciencias Naturales de la U. nacional
    Libros rojos de invertebrados marinos, realizados por el Invemar y el Instituto de Ciencias Naturales de la U. nacional
  • Libros rojos de peces dulceacuícolas, realizado por el Instituto de Ciencias naturales
    Libros rojos de reptiles, realizado por el Instituto de Ciencias naturales
    Libros rojos de briofitos, realizado por el Instituto de Ciencias naturales
  • Libro rojo de aves, realizado por el Instituto Humboldt Link a productos
  • Libro rojo de plantas fanerógamas (Vol. I), realizado por el Instituto Humboldt en colaboración con el ICN

    La importancia de estos libros radica en que presentan información actualizada sobre las especies y se constituyen así en una herramienta fundamental para proponer medidas de conservación. La información contenida en los libros rojos, evalúa el grado de amenaza de las especies de Colombia, proponen medidas de conservación y arrojan información para desarrollar proyectos para promover la conservación de las especies.

    En Colombia, el 8 por ciento de las aves está en peligro de extinción. Entre las causas que amenazan la biodiversidad está la destrucción de su hábitat, dada en algunos casos por la contaminación. También la caza indiscriminada y el tráfico de fauna. El cambio climático hace que en algunos lugares empiece a cambiar la vegetación, hace que haya migraciones de animales. Los incendios forestales arrasan con gran parte de la biodiversidad.

    En el mundo, Colombia ocupa el primer lugar en aves y anfibios, el segundo en plantas, el tercero en reptiles, y el quinto en mamíferos, lo que lo ubica como uno de los países con mayor biodiversidad. Por ende, es el país con uno de los mayores números de especies amenazadas, entre ellas, el mono araña, la tingua moteada y la danta de páramo, entre otras. En reptiles, por ejemplo, hay 29 especies en algún grado de peligro de extinción. Animales como el pato andino, ya han desaparecido.






27 octubre 2010

NACE EL COBRADOR DEL SUR

E

22 abril 2010

MANIFIESTO DIA DE LA TIERRA 2010
( Extracto)
Las asociaciones ecologistas, vecinales, de consumidores, las organizaciones políticas, sindicatos, plataformas ciudadanas, organizaciones sociales y de desarrollo convocantes, en representación de muchos ciudadanos y ciudadanas, hoy salimos a la calle para hacer visible la necesidad de frenar el cambio climático.

La crisis socioambiental que vivimos es consecuencia del sistema económico imperante. Por ese motivo, exigimos a nuestros gobernantes y autoridades que prioricen esta cuestión en sus agendas políticas. De ese modo evitaremos que estos impactos lleguen a tener las consecuencias ecológicas, sociales y económicas irreversibles que los expertos auguran.

La Cumbre de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que tuvo lugar el pasado diciembre en Copenhague fue un fracaso global: ni se alcanzó un acuerdo ambicioso y vinculante, ni hubo justicia para los países empobrecidos.

En Copenhague pudimos ver cómo los procedimientos de Naciones Unidas fueron secuestrados por un grupo de países encabezados por EEUU y apoyados por el silencio de la Unión Europea y nuestro gobierno con la intención de impedir que se llegara a ningún acuerdo mínimamente exigente de reducción de emisiones. Por si fuera poco, la sociedad civil fue silenciada, los derechos humanos obviados y los niveles de represión policial inauditos. En definitiva, un fracaso mundial que nos encamina a superar los 3,5ºC de media global en las próximas décadas.

Esta es una irresponsabilidad por parte de los gobernantes del mundo que no podemos permitirnos aceptar. Por eso es preciso que se reconstruya un espacio de negociaciones que sirva para recuperar la confianza entre los países y que permita alcanzar un nuevo acuerdo mundial que contemple una reducción de emisiones urgente y una financiación justa. Pero ese espacio debe pertenecer a las Naciones Unidas porque sería un grave error confiar el futuro del clima a acuerdos bilaterales o regionales donde sólo decidan las grandes potencias. Para enderezar el problema es necesario el acuerdo de todas las partes, incluida la sociedad civil y los países empobrecidos, que sin ser los responsables del problema, sí son los primeros en sufrir los terribles impactos de un clima desestabilizado. Los países ricos deben asumir su responsabilidad como causantes de cambio climático.

El camino que se nos presenta ahora es aún más empinado que hace un año, sin embargo todos y todas los que aquí estamos, y muchísimos más en todos los rincones del país, tenemos claro que objetivo sigue siendo mismo: hay que limitar el calentamiento del planeta a 2ºC por encima de la temperatura preindustrial.

Por ello exigimos que no esperen más a tomar medidas eficaces para abordar el cambio climático. Frenar el cambio climático significa reducir emisiones de gases de efecto invernadero, y sobre todo de CO2. Se necesitan recortes en las emisiones internas de al menos un 30% para 2020, y de un 80% para 2050 respecto de los niveles de 1990 en los países industrializados, y la transferencia de fondos y tecnología limpia a los países en desarrollo para que éstos puedan apostar por una sociedad menos dependiente de los combustibles fósiles.

La adaptación de los países empobrecidos a los impactos ya inevitables del cambio climático tiene que abordarse proporcionando financiación suficiente, estable y adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Y debemos asegurar que las emisiones procedentes de la deforestación y degradación de los bosques se reducen drásticamente respetando los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales así como la soberanía alimentaria y el derecho a vivir en tierras que sirven de sustento a comunidades.

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17 abril 2010

“ Reciclar tiene valor "

 

reciclaje

Con este nombre se inició una campaña de reciclaje de residuos generados por los consumidores de las ciudades de Bogotá y Medellín, donde a través de 21 puntos atendidos por recicladores capacitados se espera generar la cultura del reciclaje en la fuente en el país.

El Ministro de Ambiente y Vivienda, Carlos Costa, presentó el proyecto que cuenta con el apoyo de esta cartera y manifestó que “el objetivo de este proyecto es que existan en el país sitios donde se pueda llevar la basura separada para darle un buen uso a esos materiales separados”.

La campaña cuenta también con la participación de la empresa privada pues empresas como Alpina, Bavaria, Carrefour, Coca Cola, Diaco, Grupo Familia, Tetra Pak y Unilever se han vinculado de diversas formas dentro de su compromiso de responsabilidad social y ambiental.

El programa busca crear conciencia ambiental sobre la adecuada gestión de residuos sólidos reciclables en la comunidad, a la vez que generar importantes beneficios ambientales, sociales y económicos, y además genera empleo formal para 30 recicladores de oficio (21 en Bogotá y 9 en Medellín)

El objetivo es recolectar más de 1.000 toneladas de material reciclable a través de 21 puntos de acopio en las tiendas Carrefour de Bogotá y Medellín, atendidos por los recicladores quienes hacen parte de la Asociación de Recicladores de Bogotá (ARB) y de la Precooperativa Multiactiva de Recicladores de Medellín (Recimed).

Miralmundo quiere acompañar esta iniciativa e invitar a los habitantes de las dos principales ciudades del país que son las que más basuras generan, a que participen de la campaña separando los desechos en sus casas y llevándolos a los puntos de recolección mencionados.

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